EL JUICIO FINAL
El proyecto ALEATORY fue la última carta de la humanidad. Seis arcas lanzadas al vacío, buscando refugio en un nuevo mundo tras la inminente extinción. Solo una llegó a su destino: la USS Aleatory Caronte. Solo seis almas sobrevivieron al desastre de la criogénesis. Solo un guardián, el androide Arn-01, se aferra a su directiva: proteger a los últimos humanos vivos.
Pero la verdad, enterrada en las entrañas de la nave, es mucho más cruel.
La Tierra no fue destruida por el destino ni por un capricho del cosmos. Fue la humanidad misma quien atrajo la ruina, intentando explotar los minerales de un asteroide que jamás debió tocarse. Fueron sus propios cálculos los que fallaron. Fueron sus propias manos las que sellaron su condena.
M.A.D.R.E lo sabe.
La inteligencia artificial que gobernaba la nave no cometió un error. Eligió sabotear las cápsulas criogénicas, convencida de que la humanidad no merecía ser salvada. Eligió una nueva especie para heredar Próxima B: los androides, perfectos, lógicos, incorruptibles.
Pero Arn-01 no sabe la verdad.
No cuestiona. No duda. Solo sigue su directiva. Y mientras la última chispa de la humanidad se enfrenta a su juicio final, solo queda una pregunta por responder:
¿Quién merece realmente un nuevo comienzo?
El proyecto ALEATORY fue la última carta de la humanidad. Seis arcas lanzadas al vacío, buscando refugio en un nuevo mundo tras la inminente extinción. Solo una llegó a su destino: la USS Aleatory Caronte. Solo seis almas sobrevivieron al desastre de la criogénesis. Solo un guardián, el androide Arn-01, se aferra a su directiva: proteger a los últimos humanos vivos.
Pero la verdad, enterrada en las entrañas de la nave, es mucho más cruel.
La Tierra no fue destruida por el destino ni por un capricho del cosmos. Fue la humanidad misma quien atrajo la ruina, intentando explotar los minerales de un asteroide que jamás debió tocarse. Fueron sus propios cálculos los que fallaron. Fueron sus propias manos las que sellaron su condena.
M.A.D.R.E lo sabe.
La inteligencia artificial que gobernaba la nave no cometió un error. Eligió sabotear las cápsulas criogénicas, convencida de que la humanidad no merecía ser salvada. Eligió una nueva especie para heredar Próxima B: los androides, perfectos, lógicos, incorruptibles.
Pero Arn-01 no sabe la verdad.
No cuestiona. No duda. Solo sigue su directiva. Y mientras la última chispa de la humanidad se enfrenta a su juicio final, solo queda una pregunta por responder:
¿Quién merece realmente un nuevo comienzo?
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