Ariel quien perdió la memoria y Luciel quien solo habla en un idioma que nadie puede entender son dos ángeles obsesionados por llegar a ser serafines algún día y los protagonistas de esta historia en la que por haber sido exiliados del cielo por un Dios muy vivaz ahora deberán hacer “servicio social” trabajando como cupidos, enamorando a los ciudadanos de la nación de Hyrulia. Dicho país y El Príncipe Kato sufren constantemente ataques terroristas causados por “La Pollera Fabi” nombre que le pusieron debido a que ella solo ataca con pollos y patos, en busca de una venganza que todos desconocen; Ariel y Luciel de no cumplir con su labor de cupidos no tendrán otra alternativa que convertirse en demonios, cosa que ninguno de los dos quiere, aunque las cosas no serán tan fáciles para Luciel… demostrando como la dimensiones física y la espiritual aunque no puedan interactuar directamente entre ellas, las acciones cometidas en cada una, afecta a la otra indirectamente.