
Lily es la dueña de una modesta pastelería. Y parece una chica dulce y amable detrás de tanto dulce y color pastel... pero engaña bastante. Es retorcida, amante del humor negro y detesta que no la tomen en serio. A pesar de ser muy inteligente, peca de estar muy segura de sí misma (demasiado, hasta niveles estratosféricos) y no suele pensar mucho en las consecuencias de sus actos.
Le gusta la repostería como método para canalizar su ira y sus ganas de tracatrá.

Es un chico muy paciente y tiene una personalidad muy afable e inquieta. Sabe pasar bastante de lo que piensa la gente (por ejemplo, de primeras puedes pensar que es idiota, pero se la suda y sigue con su vida). Es bastante prudente a la hora de actuar ya que, cuando improvisa, suele salir mal, o al menos no como tenía en mente.
A Stan le pirran dos cosas: la comida (especialmente la repostería) y el sexo.