¡Rodillas! ¡Pero qué indecencia! Aquí tenemos a una Ártemis con un chitón dórico, que son más cortos (hasta ahora hemos visto jónicos) y un zoster. ¿Lo qué? Esa especie de cinturón de tela que lleva bajo el pecho. Normalmente era más habitual en prendas masculinas, pero las convenciones sociales y Ártemis nunca han sido muy estrechas.
Ártemis es diosa de la cacería, de los animales y de las jóvenes, igual que su hermano Apolo es el dios de los jóvenes. Quizás parezca contradictorio que sea una diosa de la cacería Y protectora de los animales, pero eso es porque es una protectora del equilibrio. Si alguien amenazaba el ecosistema, como Orión en algunas versiones, ella se ocupaba de eliminarlo. Es una de las pocas diosas vírgenes y eso está relacionado con el hecho de que sea la protectora de las jóvenes, las adolescentes. Ella se queda perpetuamente en un estado de adolescencia (no casada = no mujer) por lo que las jóvenes de esa franja de edad están bajo su protección. De hecho, uno de los rituales que tenían que hacer las jóvenes antes de casarse era cortarse el pelo y ofrecer su juguete favorito a Ártemis, para que aceptase su paso de un estadio a otro de la vida.
Ártemis ha sido adoptada y adaptada a lo largo de los siglos. De hecho, se la identificó con muuuchas diosas distintas. Por ejemplo, en Egipto era igualada a Bastet (la diosa gato) y en la Tracia era Bendis (diosa cazadora). Pero es que incluso dentro de la misma Grecia se la ha identificado con otras divinidades. Igual que Apolo, que asimiló a Helios, a ella también se la identificó con Sélene. En Arcadia, una región de la Grecia continental, se la llama Despoine, que era una antiquísima diosa (no indoeuropea) que a su vez había sido identificada con Hécate. Y por supuesto, con Hécate misma, una diosa titana relacionada con el Inframundo. De hecho, Ártemis-Hécate-Sélene fueron identificadas como una sola divinidad con tres aspectos distintos, con tres caras (literalmente, hay representaciones así). Si antes Hécate ya era diosa de las encrucijadas de los caminos, ahora lo fue aún más. Las encrucijadas, caminos que se dividían en dos (nunca caminos que se cruzaban, debían ser bifurcaciones de tres caminos, no cuatro), eran una perfecta representación de esta diosa triple. Y una perfecta excusa para, más adelante, relacionar esta divinidad rara de tres caras y de las encrucijadas con el demonio. Ay, el cristianismo…
Ártemis es diosa de la cacería, de los animales y de las jóvenes, igual que su hermano Apolo es el dios de los jóvenes. Quizás parezca contradictorio que sea una diosa de la cacería Y protectora de los animales, pero eso es porque es una protectora del equilibrio. Si alguien amenazaba el ecosistema, como Orión en algunas versiones, ella se ocupaba de eliminarlo. Es una de las pocas diosas vírgenes y eso está relacionado con el hecho de que sea la protectora de las jóvenes, las adolescentes. Ella se queda perpetuamente en un estado de adolescencia (no casada = no mujer) por lo que las jóvenes de esa franja de edad están bajo su protección. De hecho, uno de los rituales que tenían que hacer las jóvenes antes de casarse era cortarse el pelo y ofrecer su juguete favorito a Ártemis, para que aceptase su paso de un estadio a otro de la vida.
Ártemis ha sido adoptada y adaptada a lo largo de los siglos. De hecho, se la identificó con muuuchas diosas distintas. Por ejemplo, en Egipto era igualada a Bastet (la diosa gato) y en la Tracia era Bendis (diosa cazadora). Pero es que incluso dentro de la misma Grecia se la ha identificado con otras divinidades. Igual que Apolo, que asimiló a Helios, a ella también se la identificó con Sélene. En Arcadia, una región de la Grecia continental, se la llama Despoine, que era una antiquísima diosa (no indoeuropea) que a su vez había sido identificada con Hécate. Y por supuesto, con Hécate misma, una diosa titana relacionada con el Inframundo. De hecho, Ártemis-Hécate-Sélene fueron identificadas como una sola divinidad con tres aspectos distintos, con tres caras (literalmente, hay representaciones así). Si antes Hécate ya era diosa de las encrucijadas de los caminos, ahora lo fue aún más. Las encrucijadas, caminos que se dividían en dos (nunca caminos que se cruzaban, debían ser bifurcaciones de tres caminos, no cuatro), eran una perfecta representación de esta diosa triple. Y una perfecta excusa para, más adelante, relacionar esta divinidad rara de tres caras y de las encrucijadas con el demonio. Ay, el cristianismo…