¡Hola, qué tal!
Probablemente la base de lectores de la niña lechuga esté muerta ahora mismo, pero tengo buenas noticias.
Habiendo superado los problemas anímicos que me habían hecho dejar abandonada esta serie en un rincón, me impuse como propósito de año nuevo tomar las riendas de este webcómic nuevamente.
Durante mi ausencia he tenido tiempo de aprender muchas cosas acerca de escritura, y he mejorado (o eso quiero creer) mi estilo de dibujo.
Desde la primera vez que la niña lechuga se publicó allá por el 2016 en Subcultura (que en paz descanse) la planeé desde un principio como una serie hecha únicamente para obtener una base de lectores para mis proyectos más ambiciosos (los cuáles verán la luz en un futuro), sin ninguna clase de sustancia ni ambiciones.
Con la segunda edición que le di, aunque tenía la intención de tomármelo un poco más en serio, la verdad es que seguía sin tener nada claro. Nunca me di el tiempo de desarrollar a los personajes como es debido, tampoco tenía un rumbo claro para la historia y todo era un caos. Preferí dejarlo e intentarlo nuevamente antes que arruinar este proyecto por mi pereza.
Pero esta vez quiero ir en serio, realmente en serio. En el proceso de escribir mis obras futuras, mientras aplicaba todo aquello que aprendí tomé la iniciativa de pulir todos esos detalles que me hicieron abandonar esta historia. Me di el tiempo para desarrollar a cada personaje (tan así que terminé sacando a alguno del elenco principal por que no aportaba nada a la historia al final) y si bien no tengo absolutamente todo escrito si que me he dado a la tarea de dibujar un rumbo claro que le diga a la historia por dónde ir.
Sé (y si me siguen ustedes también) que soy una persona de prometer mucho y cumplir más bien poco. Así que no quiero darles ninguna fecha o algo en concreto. Pero sí quiero que sepan que el proyecto no murió, solo se tomó su tiempo para madurar y ser mejor. Ahora mismo estoy dibujando el primer capítulo, y al menos por ahora creo que va por buen rumbo, y me esforzaré por entregarles una historia que esta vez no sea solo una excusa para atraer público. Quiero entregarles algo que valga la pena leer, y que puedan disfrutar tanto como yo disfruto haciéndola.
Hasta entonces, les dejo una imagen de uno de los primeros paneles, como una muestra de lo que está por venir, y de que realmente está por venir.
Nos vemos en unos meses. Un saludo, y un enorme abrazo a quien aún recuerde esta obra, si lo hay. Los llevo en mi corazoncito.
¡Hasta pronto!
Probablemente la base de lectores de la niña lechuga esté muerta ahora mismo, pero tengo buenas noticias.
Habiendo superado los problemas anímicos que me habían hecho dejar abandonada esta serie en un rincón, me impuse como propósito de año nuevo tomar las riendas de este webcómic nuevamente.
Durante mi ausencia he tenido tiempo de aprender muchas cosas acerca de escritura, y he mejorado (o eso quiero creer) mi estilo de dibujo.
Desde la primera vez que la niña lechuga se publicó allá por el 2016 en Subcultura (que en paz descanse) la planeé desde un principio como una serie hecha únicamente para obtener una base de lectores para mis proyectos más ambiciosos (los cuáles verán la luz en un futuro), sin ninguna clase de sustancia ni ambiciones.
Con la segunda edición que le di, aunque tenía la intención de tomármelo un poco más en serio, la verdad es que seguía sin tener nada claro. Nunca me di el tiempo de desarrollar a los personajes como es debido, tampoco tenía un rumbo claro para la historia y todo era un caos. Preferí dejarlo e intentarlo nuevamente antes que arruinar este proyecto por mi pereza.
Pero esta vez quiero ir en serio, realmente en serio. En el proceso de escribir mis obras futuras, mientras aplicaba todo aquello que aprendí tomé la iniciativa de pulir todos esos detalles que me hicieron abandonar esta historia. Me di el tiempo para desarrollar a cada personaje (tan así que terminé sacando a alguno del elenco principal por que no aportaba nada a la historia al final) y si bien no tengo absolutamente todo escrito si que me he dado a la tarea de dibujar un rumbo claro que le diga a la historia por dónde ir.
Sé (y si me siguen ustedes también) que soy una persona de prometer mucho y cumplir más bien poco. Así que no quiero darles ninguna fecha o algo en concreto. Pero sí quiero que sepan que el proyecto no murió, solo se tomó su tiempo para madurar y ser mejor. Ahora mismo estoy dibujando el primer capítulo, y al menos por ahora creo que va por buen rumbo, y me esforzaré por entregarles una historia que esta vez no sea solo una excusa para atraer público. Quiero entregarles algo que valga la pena leer, y que puedan disfrutar tanto como yo disfruto haciéndola.
Hasta entonces, les dejo una imagen de uno de los primeros paneles, como una muestra de lo que está por venir, y de que realmente está por venir.
Nos vemos en unos meses. Un saludo, y un enorme abrazo a quien aún recuerde esta obra, si lo hay. Los llevo en mi corazoncito.
¡Hasta pronto!