Chel proviene de muy lejos, mucho más allá del continente. Llevaba una vida la mar de apacible, hasta que una modesta tribu la encontró en la espesura arbórea confundiéndola por una diosa. Chel no era tonta, así que se aprovechó todo lo que pudo y más de esta situación, así que vivió siendo agasajada con montañas de oro y joyas, y todos los hombres que pudiera imaginar; una vida de desenfreno y exceso que parecía que nunca terminaría... Pero sí, terminó. La aldea poco a poco empezó a darse cuenta del engaño, así que paulatinamente dejaron de procesar su culto, y lo que fácil vino, fácil se fué. Chel no aceptó esto, así que tras ver como su forma de vida se le escapaba de entre los dedos, decidió viajar lejos a otro continente donde no la reconocieran, con la esperanza de encontrar a otro grupos de personas que le volvieran a tratar como una diosa... pero no fue así, porque adonde fue Chel, fue Pangelia; en pleno reinado del Tirano Rey Lojang, para ser más exactos 💀💀💀. En aquel entonces, las súcubos eran repudiadas al extremo, y sólo tenían una alternativa: pertenecer a un club nocturno. En Succuradise: Chel tuvo que ser fuerte y abandonar la esperanza de que aquellos dulces tiempos jamás volverían, dándose cuenta de lo cruel que fue y aprendiendo a ser una mejor y honesta persona, aunque un poco tarde, también hay que decirlo...
Chel forma parte de una estirpe de súcubos muy poderosa, su encanto y atracción masculina juegan en otra liga; sumado a su roleplay de diosa inalcanzable, su figura de infarto y su belleza exótica; Chel rompe récords en "Succuradise" como si fuera un juego de niños. Al final, aunque en mucha menor escala, logró hacer un pequeño culto de hombres, que la veneran y yacen con ella a cambio de "riquezas sin par". Chel intenta jugar sus cartas como mejor puede, y las demás chicas súcubos le piden consejos y entrenan con ella en el arte de seducir 👀👀👀. Lo poco que se trajo Chel de su vida pasada fue unos cuantos sortilegios de oro (porque antes muerta que sencilla), y a su fiel mascota armadillo, a la que muestra su verdadera y cariñosa personalidad, y a la única cosa que le tiene debilidad en este mundo... ¿Quiéres intentar ser tú el que acabe llegando también a su corazón? 😌😌😌.
Chel forma parte de una estirpe de súcubos muy poderosa, su encanto y atracción masculina juegan en otra liga; sumado a su roleplay de diosa inalcanzable, su figura de infarto y su belleza exótica; Chel rompe récords en "Succuradise" como si fuera un juego de niños. Al final, aunque en mucha menor escala, logró hacer un pequeño culto de hombres, que la veneran y yacen con ella a cambio de "riquezas sin par". Chel intenta jugar sus cartas como mejor puede, y las demás chicas súcubos le piden consejos y entrenan con ella en el arte de seducir 👀👀👀. Lo poco que se trajo Chel de su vida pasada fue unos cuantos sortilegios de oro (porque antes muerta que sencilla), y a su fiel mascota armadillo, a la que muestra su verdadera y cariñosa personalidad, y a la única cosa que le tiene debilidad en este mundo... ¿Quiéres intentar ser tú el que acabe llegando también a su corazón? 😌😌😌.