La vida le dió un duro revés a Stella, consorte de uno de los señores más poderosos del infierno, cuando esta, cansada de sus continuas infidelidades decidió separarse de él... Pero las leyes del infierno son ligeramente diferentes que las del plano terrenal. Para empezar, la pareja que decide separarse será exiliada a la superficie, y perderá todos sus privilegios así como gran parte de sus poderes, cosa que a Stella acostumbrada a su vida de lujo como condesa infernal, fue un jarro de agua fría inmensamente desagradable. Sin ser capaz de rehacer su vida y queriendo procurarle a su hija un futuro mejor, lejos de su padre, no le quedaban demasiadas alternativas que ingresar en un club nocturno especializado en demihumanos desamparados como ella. Así que... hagamos los cálculos: Pasar de una vida de lujos a la miseria más absoluta + odiar sobremanera a la humanidad y sus costumbres + trabajar como una bailarina de compañía= Un infierno personal para ella. Si conservase aunque fuera un cuarto de su poder hubiera reducido a cenizas todo el Reino Larisuf, no me cabe ninguna duda 😅😅😅.
Stella se especializa en antiguas danzas de cortejo de la rama demoníaca "Ars Goetia". Unos bailes que embelesan a la par que que reflejan un ritual casi prohibido, no apto para todos los ojos mortales. Además de eso, su ilustre y suave plumaje la hacen al tacto una maravilla que descoca al más pintado; sumado a su personalidad fría a la par que explosiva, la conforman como una de las chicas más únicas y desafiantes de la discoteca. Stella al menos puede ser ella misma y relajarse con sus otras compañeras de trabajo, que le recuerdan nostálgicamente a su hogar, y su amistad es lo que la motiva a seguir esforzándose en su nueva vida para salir del bache cuanto antes; aunque esté siendo una odisea 💪💪💪.